Otón, J. M. (2021). Prostitutas de la Antigua Grecia. La verdad de las fuentes textuales. Rhemata Antigüedad. Editorial Rhemata. 150 pp. ISBN 978-84-120209-6-0.
Recensión de Elena Duce Pastor (Universidad Autónoma de Madrid)
¿Qué sabemos de la vida personal de las prostitutas famosas de la Antigua Grecia? ¿Qué es lo que las fuentes, escritas por varones, nos contaron sobre su vida? ¿Cómo atraían a sus clientes? ¿Cómo sobrevivieron a la vejez? Estas son las preguntas que están detrás del libro de Juana M. Otón. Desentrañar las fuentes y dilucidar los pocos datos que tenemos sobre las mujeres que se sostuvieron con la venta de su propio cuerpo.
Con una estructura muy sencilla, pues cada capítulo está dedicado a una gran figura femenina, conocida por ser prostituta, se nos presenta el mismo esquema. Una introducción general en el marco histórico, el debate que ha suscitado esa hetera en particular y una recopilación de las fuentes que la mencionan.
Aunque el título del libro aluda a las prostitutas, y se inicie el libro con un glosario donde se explican los distintos términos que aparecen en las fuentes escritas, el trabajo se ocupa de heteras de notable influencia y prestigio. Tiene sentido, pues son las únicas de las que hemos conservado el nombre. Estas mujeres, dedicadas a acompañar en los symposia a los varones aristócratas, eran educadas en el arte de la seducción y la conversación, sabían tocar instrumentos y algunas estaban detrás de las intrigas políticas.
Hay capítulos dedicados a heteras famosas, como Aspasia de Mileto. La concubina de Pericles gozó de amplio reconocimiento por gestionar un círculo intelectual y por recibir los ataques políticos que iban destinados a acabar con la buena fama del político. También se trata de arrojar luz sobre noticias de heteras que compartían nombre, como Lais o Tais, y que a veces se confunden pues debían ser diferenciadas por su lugar de procedencia. En ese sentido refleja realidades que van más allá del momento de gloria o fama de la hetera, y atiende aspectos como la vejez y la decadencia. Concretamente la entrada de Lais de Corinto incluye un análisis sobre la transformación de mujer poderosa a vieja repulsiva. No estamos más que ante el reflejo del edadismo que afectaba a las mujeres, especialmente a las que vivían de su cuerpo. La juventud se relacionaba con la plenitud y las heteras pasaban por una juventud de recibir grandes riquezas que debían conservar para la vejez. La devaluación de sus favores es a veces compensado con el entrenamiento de una heredera, como es el caso de Gnatena, que pasó su vejez en buena posición gracias al trabajo de su nieta.
La autora no sólo se centra en los favores o las teóricas especialidades de las heteras, sino también en los problemas relacionados con el pago y el sostén. En un mundo precapitalista como era el griego antiguo, el pago de los servicios de una hetera no estaba claro. La prostituta fijaba una cantidad mientras que la hetera ofrecía sus favores a cambio del sostén de un “amigo”. Este tipo de relación informal implicaba el mantenimiento económico y los continuos regalos, promoviendo cierta competición entre varones. Las heteras son reflejadas como malvadas conspiradoras que siempre consideran pocos los regalos que reciben, pero no dejaban de ser su único modo de sobrevivir.
Por otro lado, también hay espacio para la filosofía, como la vida de la hetera, y seguidora del epicureísmo, Leontino o las que participan en los círculos de conspiración, como Lenea, que participa en el complot de los tiranicidas para acabar con la tiranía en Atenas.
Finalmente se dedica un apartado a la hierodulia, llamada también prostitución sagrada. Se trata de un tema controvertido en el mundo griego, pues las fuentes no están claras en si realmente era una práctica en el Próximo Oriente o fueron los griegos quienes la malinterpretaron. En ese sentido se echa en falta un análisis más próximo a los estudios de género, donde los especialistas en oriente próximo han puesto el foco en la ausencia de precio en las fuentes, en la visión siempre exógena y en la carencia de fuentes directas (Ragusa y Carretero, 2022). Además, parece que la visión contemporánea de la prostitución, y de cómo podía insertarse en el círculo de un templo, no podía tener los rasgos que hasta ahora se han reproducido.
Sin duda se trata del trabajo de una filóloga de gran experiencia, por lo que el barrido de compilación de citas, y su escrupulosa traducción, son útiles como obra de consulta. Es especialmente cuidadoso el trabajo en las referencias cómicas, donde los juegos de palabras o las bromas de índole sexual son de difícil adaptación al castellano. Cualquier estudio posterior sobre heteras debería tomar como base este trabajo, que analiza las fuentes desde un punto de vista transversal a lo largo de todo el mundo griego y romano.
Se podría quizá haber dedicado un espacio a la distinción entre la prostitución de calle y la labor de las heteras. En las últimas décadas se han llevado a cabo estudios que plantean una visión global de la prostitución (Glazebrook, 2011; Kapparis, 2018). Se ha puesto en cuestión la diferencia radical entre la prostituta de calle, la de burdel o la hetera pues parece que no eran tan opuestos. Se han encontrado espacios imitando a andrones dentro de prostíbulos de bajo coste, intentando posiblemente imitar esa costumbre refinada, donde las prostitutas de bajo coste se comportarían como heteras. Incluso las propias fuentes nos hablan de antiguas heteras, caídas en desgracia o envejecidas, que acaban prostituyéndose por poco dinero. La sofisticación de las heteras forma también parte del discurso masculino que las sublimaba como objeto de placer para los sentidos, siendo, por lo tanto, un estereotipo más.
Tampoco hay ningún tipo de crítica a las fuentes. Algunas mujeres próximas al poder y que venían de fuera de Atenas eran calificadas en las fuentes como heteras simplemente como una manera de insultarlas, no porque realmente hubiesen ejercido tal oficio. En ese sentido, pese a toda la sofisticación que se quiera dar a esta actividad, no dejaba de ser considerada una actividad poco honrosa para las mujeres. En definitiva, se trata de un libro que aporta un barrido de fuentes novedoso, una compilación sencilla de leer y con un análisis individualizado de cada uno de los casos. Sin duda es una aportación sólida que contribuye a mayor conocimiento y accesibilidad sobre el tema de la prostitución en la Grecia Antigua.
Bibliografía
Glazebrook, A. (2011). Porneion. Prostitution in Athenian Civic Space. En A. Glazebrook y M. M. Henry (Eds.), Prostitutes in the Ancient Mediterranean, 800 BCE–200 CE (pp. 34–59). The University of Wisconsin Press.
Kapparis, K. (2018). Prostitution in the Ancient Greek World. De Gruyter.
Ragusa, G. y Carretero Hernández, E. (2022). El Fr. 122 de Píndaro y la prostitución ¿sagrada? Cuadernos de Filología Clásica. Estudios Griegos e Indoeuropeos, 32, 61-83.
***
Ejemplo de citación: Duce Pastor, E. (2025). Otón, J. M. (2021). Prostitutas de la Antigua Grecia. La verdad de las fuentes textuales. Rhemata Antigüedad. Editorial Rhemata. 150 pp. ISBN 978-84-120209-6-0. Revista digital de los mundos antiguos (ReDMA), r250401. https://mundosantiguos.web.uah.es/revista/r250401