Narro, Á. (2024). Nombres para tu bebé inspirados en la Antigua Grecia. Rhemata Antigüedad. Editorial Rhemata. 332 pp. ISBN 978-84-128350-1-4.

Recensión de Elena Duce Pastor (Universidad Autónoma de Madrid)
Es difícil innovar en el ámbito de la mitología griega. La cantidad de novelas con más o menos pretensiones de historicidad o libros de alta o baja divulgación abundan en el mercado. De hecho, hay toda una corriente de adaptación de mitos griegos al mundo infantil, películas y series que hacen un tanto complicado elaborar un discurso poco edulcorado. La mitología griega es polifacética, llena de múltiples versiones, teñida de violencia y sinsentidos.
Ángel Narro, con su libro «Nombres para tu bebé inspirados en la Antigua Grecia» nos presenta una propuesta novedosa, fresca, llena de contenido, pero profundamente amena. Con la excusa de escoger un nombre adecuado para un descendiente o para una mascota, en eso el autor no tiene reparos, se plantea un recorrido por la mitología griega donde cada entrada tiene como protagonista un personaje mitológico. Con la estructura de un diccionario latino, ahí no se siguen las convecciones de alfabeto griego, se van desgranando historias conocidas y nuevos detalles para los apasionados de la mitología. Se trata de un libro para adultos, con abundantes referencias a la cultura popular y bromas donde todos nos vemos reflejados.
El libro va precedido de un alegato a favor de la importancia y responsabilidad de escoger el nombre, acto que recae en los progenitores y que nos acompaña durante toda la vida. Nuestro onomástico es un signo de identidad, pero también un acto de poder que nuestros padres eligen libremente, siempre que no sea discriminatorio, ofensivo, ridículo o vejatorio para el menor. Abandonados por fin los imperativos de los nombres del santoral, que realmente son más leyenda que realidad sistemática, se nos ofrece una variedad de alternativas. Navarro nos anima a ser originales, a rebuscar en los nombres de los antiguos griegos para inspirarnos en viejos valores y revivirlos en el presente.
El libro lo componen cien nombres, tanto masculinos, femeninos como epicenos. Cada entrada va precedida de las variantes en griego, un análisis de la sonoridad del nombre, los relatos mitológicos escogidos del que es protagonista y acaba con una estadística del número de españoles que portan dicho nombre, basados en datos del Instituto Nacional de Estadística del año 2022. En una tendencia actual de repetición de unas pocas decenas, el lector cae en la cuenta de la abundancia de posibilidades que tiene ante sí, solo mirando a la antigüedad clásica.
Con un tono desenfadado y un estilo humorístico, el autor va desgranando los entresijos de la sonoridad de un vocablo y la potencia que puede aportar a una personalidad llevar escrito en el documento nacional de identidad el nombre de uno de los grandes héroes o villanos antiguos. La mayor parte del espacio de cada entrada versa en torno a la mitología del onomástico. En ese sentido, no cuenta con la minuciosidad del diccionario de mitología griega y latina de Pierre Grimal (1951) que sigue siendo, y lo será por muchos años, el más detallado. Sin embargo, aporta frescura a las entradas, con una crítica mordaz y bien escogida de determinados tópicos en discusión que ya forman parte de la cultura popular. Por ejemplo, se permite hacer bromas sobre las infidelidades de Zeus, esposo digno de la masculinidad tóxica de los noventa de «chaqueta de cuero y fumador de ducados negro», cito textualmente al autor. También trata con delicadeza, pero ajustadamente temas como las violaciones, abusos y violencia de los mitos, sin ser simplista. Su mayor virtud es el humor, que hace que el lector, por muy versado que esté en mitología griega, ría a carcajadas en determinados momentos. También es capaz de aunar nombres que han adquirido relevancia a través de la cultura popular, a veces de manera muy alejada a la cultura griega como es el caso de Nausícaa personaje homérico que es el trasunto de una película del conocido director Hayao Miyakazi y que revitaliza el mito y, por consiguiente, la sonoridad del nombre en nuestros oídos.
A parte de los evidentes como Alejandro o Helena, los menos arriesgados cuando uno busca un nombre griego para su vástago, también hay espacio para opciones mucho más atrevidas como Pandora, Medusa o Anfidamante.
A nivel filológico, son especialmente interesantes las descripciones sobre nombres que suenan poco griegos como Pelayo o Zoé, que encierran un significado que parte de la traducción al griego de otras lenguas. Otros, como Demetrio, los conocemos a través de la vida y culto de los mártires, siendo nombres en desuso en España, pero populares en otros países, como en Grecia, donde el culto a San Demetrio o a Basilio han permitido que sean nombres en uso corriente.
En definitiva, se trata de una lectura amena, fácil y llena de humor que se entrelaza con el dominio sublime del autor de la mitología clásica. No es un libro de consulta, no es un libro para citar en un artículo académico, pero sí un libro para disfrutar, para regalar y para hacer que amigos y conocidos se enamoren del mundo griego antiguo. También es una lectura entretenida para el público especializado que revisitará con cariño personajes ya conocidos, pero sonreirá con las bromas que el autor teje con inteligencia.
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Ejemplo de citación: Duce Pastor, E. (2025). Narro, Á. (2024). Nombres para tu bebé inspirados en la Antigua Grecia. Rhemata Antigüedad. Editorial Rhemata. 332 pp. ISBN 978-84-128350-1-4. Revista digital de los mundos antiguos (ReDMA), r250702. https://mundosantiguos.web.uah.es/revista/r250702