Elena Duce Pastor (Universidad Autónoma de Madrid / Universidad de Zaragoza)
Elena Duce Pastor nació en Madrid (1989). Es Licenciada en Historia (2011) y Graduada en Ciencias de la Antigüedad (2017) por la Universidad Autónoma de Madrid. Se dedica principalmente al mundo griego antiguo desde una perspectiva de Género. Su tesis defendida en 2019 en la misma universidad versaba sobre los matrimonios en la Grecia Antigua. Ha realizado estancias postdoctorales en la Fundación Hardt (2021), en Ohio State University (2022) y en la Universidad de la Sapienza en Roma (2022). También ha disfrutado de un contrato postdoctoral en el Instituto Catalán de Arqueología Clásica en Tarragona. Actualmente es contratado postdoctoral Margarita Salas en la Universidad Autónoma de Madrid y en la Universidad de Zaragoza.
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Adolfo Domínguez Monedero es profesor de Historia Antigua en la Universidad Autónoma de Madrid desde 1980 y catedrático en la misma Universidad desde 2009. Sus líneas de investigación principal son la colonización fenicia y griega. Es y ha sido director de proyectos de investigación centrados en la topografía histórica de diversos territorios griegos y coordinador del Grupo de Investigación consolidado de la UAM, “Hélade”. Entre sus publicaciones, además de numerosos artículos en revistas especializadas y ponencias en congresos, destacan La polis y la expansión colonial griega. Siglos VIII-VI (Madrid, 1991), Solón de Atenas (Barcelona, 2001), Alejandro Magno. Rey de Macedonia y de Asia (Madrid, 2013) y es editor de Politics, Territory and Identity in Ancient Epirus (Pisa, 2018).
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Recientemente la editorial Síntesis ha publicado Las colonizaciones en el Mediterráneo antiguo (2022), escrito por el catedrático Adolfo J. Domínguez Monedero de la Universidad Autónoma de Madrid. A propósito del libro le entrevistamos sobre las novedades en su campo de estudio.
La primera pregunta tiene que ver con la propia estructura del libro, que es muy novedosa, ¿De dónde surge la idea de aunar en la misma monografía las colonizaciones fenicias, griegas y romanas?
Realmente, la idea es de la editorial Síntesis que está publicando una nueva colección de monografías temáticas. En un primer momento le sugerí a la editorial que quizá fuese más conveniente centrarme en el mundo fenicio y en el griego porque se encontraban más cerca de mis líneas de investigación; sin embargo, ahora pienso que es una buena idea. El principal motivo es que las colonizaciones son procesos que afectan al Mediterráneo. El especialista conoce y asocia todo el movimiento pero para el estudiante universitario, el principal objeto de este libro, es interesante conocer elementos comunes como la movilidad y el contacto con el otro. De hecho, iba a incluir la colonización micénica y la etrusca, que han quedado fuera por motivos de espacio. El tema central del libro es cómo diferentes culturas en procesos organizados afrontan el contacto con el otro. Una estructura política decide que se marchen una serie de ciudadanos para cumplir ciertos objetivos. También querría remarcar que este tipo de colonización ha de separarse de los procesos migratorios individuales que han existido siempre. Me interesaba estudiar un fenómeno colectivo que afectaba a grupos grandes con unas motivaciones precisas.
Pasando al primero de los bloques dedicado al mundo fenicio, del que menos sabemos por la ausencia de un corpus textual. Parece que los fenicios son un grupo definido pero, ¿Hubo un koinon fenicio?
Los fenicios se identificaban por ciudades, el concepto fenicio es exoétnico y no hay evidencias de algo parecido a una nación. Hablaban una lengua común que no es más que una rama de la lengua semítica occidental, con la que no se identificaban en absoluto. En época helenística pueden asumir el nombre exoétnico, pero no en época arcaica. Conocemos las rivalidades, como la que hubo entre tirios y sidonios que competían por el mismo espacio.
Desde luego no podemos hablar de un amor por la patria o de una identificación tan clara como en las colonias griegas. Tenemos un caso curioso en Lixus, fundación de Gadir, que construye una historia de antigüedad mayor que la de su fundadora a través del mito de Heracles. Esta historia nos habla de la importancia de lo urbano y de la ausencia de un koinon fenicio. Con ello no estamos diciendo que el sur de la Península Ibérica no estuviera muy vinculado a Gadir, pero desde el VII a. C. surgieron otras ciudades como Lixus o Malaka que van a generar una identidad propia. Gadir es la supuesta ciudad dominante desde la historiografía tradicional y debemos empezar a revisar ese tema.
Como era lógico, muy pronto surge la “ciudad” de Gadir: la Península Ibérica parece habernos regalado múltiples datos sobre los fenicios, pero también sobre sus ausencias. Tras la excavación minuciosa del Teatro Cómico de Gadir y de las intervenciones urbanas, ¿En qué estado queda la relación entre Gadir y el Castillo de Doña Blanca?
Todo el tema de Gadir está en revisión ya que Castillo de Doña Blanca sigue siendo el principal yacimiento fortificado de toda la bahía desde finales del IX a. C. hasta su destrucción en el siglo III a. C. Pensábamos que tenían que aparecer restos fortificados en Gadir, pero la evidencia nos muestra que fue una ciudad polinuclear. Además, este dato no debe sorprendernos, pues así eran Tiro o Sidón, y ese mismo modelo se traslada a Occidente. Gracias a las excavaciones del Teatro Cómico o la Casa del Obispo, hemos conocido un área urbana discontinua que se extendía desde Rota hasta Chiclana. Los hallazgos han reafirmado lo que se empezaba a esperar. El Teatro Cómico era un pequeño asentamiento en la parte más alta, no superior a una hectárea con algún otro pequeño punto y una segunda fase muy pobre tras un abandono de más de cien años. El resto de las excavaciones de urgencia nos han acotado hasta donde llegaba el asentamiento y las excavaciones de La Caleta han completado una clara evidencia: Gadir fue una ciudad escasamente poblada a inicios del VI a. C., compuesta por casas, pero quizás también por cabañas y zonas de necrópolis. El interesante monumento funerario en la Casa del Obispo, una gran tumba aristocrática donde aparece un anillo excepcional, nos habla de una zona de necrópolis.
Además, la ciudad de Gadir en epoca arcaica se mantuvo muy posiblemente hasta época romana. Nos lo menciona Estrabón, sorprendiéndose de que pese a ser la ciudad con más equites después de Patavium (Padua), era una ciudad pequeña en su tiempo (III 5.3). Aunque tuviera un teatro inmenso, este se llenaba con gente de toda la bahía.
¿De dónde procede el modelo del asentamiento polinuclear que constatamos en Gadir? ¿A qué responde la dispersión de la población en un espacio tan amplio?
Es un modelo propio del mundo fenicio, que podemos comprobar en Cartago, en Motia (Cerdeña) o la propia Tiro. Los fenicios vigilaban el espacio que escogían, ya que la gestión del territorio era diferente. La clave es que el modelo social oriental fenicio era muy diferente al griego, ya que no existió una ciudadanía libre. Eran poblaciones sometidas a modelos de servicio o corveas, tal y como muestra el mundo ugarítico, que no deja de ser su antepasado. Las sociedades oligárquicas propietarias de los latifundios, tenían poblaciones agrícolas en régimen de semilibertad. En el mundo fenicio no hubo asambleas políticas, siendo un mundo profundamente oligárquico donde al campesino ni se le consultaba ni tenía derechos políticos. El territorio estaba distribuido en grandes latifundios cultivados por una población en distintos niveles de servidumbre que jamás constituyeron un modelo de demos. Igual que eran reclutados para hacer diques y obras públicas podían ser trasladados para el ejército o al occidente para explotar los recursos mineros. Es lo que ocurrió con Gadir. El viaje de ida y vuelta de Tiro hasta Gadir duraba tres años, no se podía controlar desde allí porque la ruta era complicada y difícil de completar en los pocos meses de navegación. Por lo tanto, se trasladó un grupo aristocrático a occidente junto con su séquito y dependientes que trabajaban la tierra. Por cada individuo que se dedicaba al comercio hay ochenta o noventa que trabajaban la tierra, para así sostener la alimentación de una sociedad antigua.
El segundo bloque está dedicado a las colonizaciones griegas. En su libro rompe el mito de los griegos como dominantes y capaces de engañar a los indígenas. ¿Considera que nos hemos dejado llevar por una visión de los colonos griegos como hacedores de cultura y que eran felizmente acogidos por los indígenas?
En primer lugar debemos dudar del absoluto liderazgo cultural de los griegos en sus colonias. La expansión griega es muy reducida una vez asentados en un nuevo lugar. En época arcaica las luchas se producen entre vecinos, por una fuente o un arroyo que es fundamental para su supervivencia. Cuando una colonia se marcha, desde la metrópolis se han quitado un problema. Las oligarquías no querían repartir la tierra de forma equitativa y es una solución para librarse de grupos poblacionales.
E incluso debemos asumir que los griegos, sobre la marcha, aprendieron mucho del proceso colonial ¿Cuál es la relación entre la colonización arcaica y la creación de identidad?
Ahora mismo estamos en un debate reduccionista. Hemos pasado del modelo institucional de la escuela francesa y germánica, que pensaban que la polis del VIII a. C. era política e institucionalmente similar la del V a. C., a una reducción de la colonización arcaica como un proceso sin ningún tipo de organización. Llegamos incluso a negar la identidad, como apuntó ya Robin Osborne, que los veía como grupos que se movían en torno a un caudillo y más adelante se identificaban con una identidad común. Realmente no pudo funcionar así porque los seres humanos estamos construyendo nuestra identidad constantemente. Esta es nueva y cambiante y no se puede posponer cincuenta años. Además, el otro es un factor determinante para construir el yo. Con seguridad lo vivieron los fenicios, griegos y romanos.
¿Cómo funcionan las identidades cambiantes?
Los griegos construyen identidades que van cambiando con el tiempo. Tomemos el ejemplo de Lípari, una rica ciudad siciliana que combatió contra los etruscos. En sus monumentos no se llamaron liparenses sino cnidios que viven en Lípari. Convivió por lo tanto la identidad liparense, cnidia o la griega Por añadidura, los liparenses se preocuparon de mostrarse en los templos griegos, para que nadie olvidara su origen. Esto nos evidencia que el griego se identificaba con su polis, con su koinon, que tiene que ver con la tradición, con su lugar de origen pero también con su lugar de residencia.
A esto debemos añadir que en las personas que se mueven, las identidades se están construyendo y que interaccionan. Hay que tener en cuenta que es peligroso identificar cultura material con identidad. No obstante, es evidente que las necrópolis en la Magna Grecia no son iguales a los de la Grecia propiamente dicha. Les une en cierto sentido la identidad entre comunidades griegas con los que no lo son. En Sicilia se crearon identidad siciliotas (se puede ser dorio, siracusano y griego) añadiendo elementos con el paso del tiempo.
Conocemos por Tucídides (IV, 17-20) el discurso tramposo del político siracusano Hermócrates, que convence a los leontinios para que renuncien a la ayuda ateniense apelando a que los siciliotas deberían aunarse en contra de Atenas. Digo que es tramposo porque en apenas dos años Siracusa ha destruido Leontinos: lo que buscaban era la dominación de toda Sicilia sin que la imperialista Atenas se inmiscuyera.
Todos conocemos la colonización arcaica griega, pero en época clásica Atenas lleva a cabo una colonización imperialista que es mucho más desconocida ¿Cuáles son las diferencias en la motivación de este nuevo proceso que lidera Atenas?
Atenas consiguió que le llegasen barcos de trigo del mar Negro para sostener un modelo teórico económico deficiente para la Antigüedad, como es el monocultivo. Atenas se había dedicado al monocultivo del olivo, convirtiendo tierras de cereal en olivo. Y sólo se lo podía permitir Atenas porque podía importar trigo de otros territorios en una visión que podríamos llamar globalizadora. No obstante, en momentos de guerra el sistema falla, se producen hambrunas y la población se subleva. En ese sentido el proceso es similar al de Roma: en los buenos tiempos la anonna funcionaba transportando miles de toneladas de todo el imperio. El romano no cultivaba los campos sino que le llegaba el alimento. Ese esfuerzo solo es posible en tiempos de paz y Atenas acaba teniendo problemas.
La colonización helenística es quizá la parte más novedosa del libro, evidenciando la profunda transformación de lo que conocemos como mundo griego por las campañas de Alejandro Magno ¿Cuál es el papel de Alejandro Magno en la transformación de la colonización helenística?
La verdad es que la idea de Alejandro nos es bastante desconocida. Salvo en Alejandría, cuya fundación evidencia una idea clara de establecer una ciudad, parece que según avanza en sus campañas militares adopta soluciones provisionales. Es una situación de emergencia, para mantener el control de las rutas de abastecimiento.
Cada cierta distancia Alejandro estableció a un grupo de veteranos útiles, que podían ser macedonios pero también griegos de otros lugares. Eran establecimientos forzosos, pues en cuanto fallece Alejandro todos quieren volver a Grecia. La idea procedía de Aristóteles: colonizar Asia para conquistarla y dar salida a los griegos hambrientos que eran un peligro para las oligarquías. Es importante señalar que en cada nueva fundación no dejaba un gran número de personas. Debemos tener en cuenta que Alejandro no encontró estados con identidad, sino grupos tribales en lucha constante. En Asia central había grupos sociales, en buena parte nómadas, que no construían estructuras políticas. Un grupo reducido de griegos podía crear complicidades y no quedar aislado, porque no era visto como un extranjero.
Si Alejandro hubiese vivido más habría hecho grandes llamamientos para que acudieran griegos. La oferta habría sido posiblemente un control de la tierra nominal, es decir, que no irían a cultivarla sino a cobrar las rentas del grupo local que las seguiría cultivando. Pero queda inconcluso y es solo una hipótesis.
Finalmente sobre el mundo griego helenístico, parece que hay muchos soldados griegos, tanto para crear un gran número de colonias como en momentos posteriores en el momento de transición de la lucha con Roma ¿De dónde salen las tropas de Alejandro?
Hay muchos efectivos en el ejército de Alejandro. En el 331 a. C. en la batalla de Megalópolis, que aparentemente y aunque acabe con la muerte del rey Agis de Esparta, tuvo poca importancia para Alejandro intervinieron unos 80.000 efectivos por ambos lados. Había mucha población en Grecia que se dedicaban al mercenariado. No solo lo sabemos por las campañas de Alejandro, durante el mundo helenístico están muy bien pagados y se mueven buscando riqueza. Era una salida para los griegos de menor posición económica. De hecho, hasta que Roma en el 168-167 a. C. prohíbe a Antíoco y Ptolomeo contratar mercenarios en territorios controlados por Roma constatamos gran cantidad de griegos mercenarios en movimiento. Esta acción acaba con el reino Seleúcida y hiere profundamente al Lágida ya que se ven obligados a usar a poblaciones locales que no funcionan en la falange macedonia. Era la única forma de combate que ellos tienen en la cabeza y que no se adapta a otras formas de combatir. Realmente el sueño de Alejandro queda inconcluso pero no por falta de población.
El último bloque está dedicado al mundo romano, donde se puede observar el cambio mental que trae la aplicación de diferentes estatus legales ¿es la concepción legal la principal diferencia entre las colonias fenicias y griegas y las romanas?
Los griegos tienen sus problemas de legalidad pero los romanos son casi obsesivos con el tema. Crearon el mito de las doce tablas casi desde el principio y su visión era mucho más jurídica y legalista. Establecer a poblaciones fuera la ciudad, que fue una solución a un problema de ciudadanía, requirió de un engarce político. Si la apoikia griega era una polis independiente, Roma desarrolló un modelo de dependencia.
La motivación principal es que a Roma le interesaba el control terrestre, para ir ampliando su radio de acción. Por eso se inicia en la Península Itálica. Las colonias eran propugnáculos de Roma, controlando zonas peligrosas y de comunicación. Pero era necesario buscar un encuadre jurídico con la gente de la ciudad.
Por ello se adopta el derecho latino que se diferencia del derecho romano ¿Por qué es interesante adquirir el derecho latino fuera de Roma si implicaba obligaciones como el servicio militar pero no incluía el derecho a voto o a ocupar cargos? ¿Y fuera de la Península Itálica?
Sin duda era una pérdida de promoción, de ser romano a latino. El problema en el que no caemos es la participación política en una sociedad antigua está relacionada con la proximidad geográfica. En el mundo antiguo para ser ciudadano tenías que estar allí, solo puedes ejercer si vas a los comicios a votar personalmente. Si te desplazabas aunque fueran 500 km, que eran 10-11 días de marcha, no podías seguir siendo ciudadano. La solución fue arbitrar otro mecanismo. Los latinos habían sido convenientemente controlados, tenían todos los derechos menos el ius sufragii y determinados romanos lo adoptaron a cambio de recibir tierras. La teórica pérdida de derechos supuso una mejora vital para ciudadanos desfavorecidos. A los romanos les sirvió también para resaltar que la esencia del ciudadano era participar en los comicios. La solución funcionó por la atracción de ciertas poblaciones hacia los lotes de tierras, especialmente en zonas de interés no peligrosas.
Teniendo en consideración a las poblaciones que ya estaban establecidas en el territorio y que tenían que aceptar nuevos colonos latinos y cederles tierras ¿era una colonia romana un castigo a poblaciones rebeldes o un premio por su alianza con Roma?
Un autor latino como Tito Livio, que se ocupa del tema de las colonias latinas en suelo itálico, no entra en detalles porque le es indiferente el sentimiento del que se ha sublevado contra Roma. No obstante, conservamos algunas referencias. Sila colocó colonos en Pompeya como castigo a los apoyos que esa población osca había dado a Mario. La fundación de la colonia Cornelia quitó tierras a los antiguos ciudadanos. Cicerón, que es partidario de la familia de Sila, alaba aparentemente el entendimiento entre ambas comunidades tiempo después (En defensa de P. Cornelio Sila, 60-62). La propaganda y excelencia de la afirmación es una invitación al investigador para dudar de que las relaciones fueran tan fluidas, especialmente al inicio.
¿De dónde proceden los colonos latinos fuera de suelo itálico?
Fuera de la Península Itálica los nuevos ciudadanos latinos fueron antiguos soldados. Desde Sila y Mario cambió el panorama con decenas de miles de soldados a los que había que recompensar. Ya no había tierras en Italia y Cayo Graco fue el gran teórico del problema, adelantándose a su tiempo. Se dio cuenta de que había que convertir en ciudadanos latinos a los aliados, aunque no se hizo hasta la guerra social y que la colonización no podía ser a costa de esos mismos aliados. Por ello planteó colonizar fuera, eligiendo Cartago por su gran territorio y que estaba casi recién destruida. Esta propuesta que se le vuelve en contra porque sus enemigos lo vieron como una forma de revivir Cartago. Realmente era una política sensata que implicaba convertir en ciudadanos a toda la población al sur del Po y dar salida a poblaciones desprotegidas. Se dio cuenta de que a su hermano le costó la vida quitar las tierras a la aristocracia, por mucha legalidad que hubiera detrás con la comisión de triunviri. Encontró una solución que no fue entendida, ya que Cartago era un territorio inmenso extremadamente fértil.
Queda clara la necesidad de disposición de tierras, dejando de lado la parte cultural. ¿Debemos asumir la ausencia un plan estratégico de Roma para romanizar los territorios y considerarlo un fenómeno coyuntural con resultados inesperados?
Sí, la movilización masiva de miles de soldados a los que les han prometido tierras que no pueden tener cabida en suelo italiano es el principal motivo de esa expansión. Se buscan terrenos en las zonas provinciales que no son zonas de colonización sino de dominio. Sabemos que los magistrados iban a enriquecerse con sus contactos con las elites indígenas a los que les prometían promoción social. En ese momento descubrieron que en el sur de Francia y la Península Ibérica tenían territorios enormes que podían ser puestos en cultivo.
Por eso Augusto afirma en las Res Gestae (16) que compró tierras para asentar colonos, era útil disponer de ciudades de veteranos en zonas provinciales para afianzar la conquista. De hecho, la propia conquista romana no respondía a un plan inicial y Roma tarda un tiempo en observar que ha creado un imperio. Es algo que hace Augusto cuando crea las provincias senatoriales o imperiales, cambiando la promoción con los legati augusti. El problema era administrar el imperio de manera efectiva. La política de colonias, iniciada por César pero la mayor parte ya fundadas por Augusto, responde a una nueva visión sobre el problema de los veteranos que también pone en evidencia la necesidad del control territorial. La romanización, aculturación o como queramos llamarlo vino después y no respondió necesariamente al plan inicial.
¿Es ese el motivo por el que entra en decadencia el modelo colonial romano en periodos muy tempranos?
Roma se estanca cuando termina la gran expansión aunque en momentos posteriores se formen colonias en Dacia, la actual Rumania, de manera marginal. Cuando Augusto estabilizó el ejército y lo convirtió en un ejército de frontera ya no hacían falta tantos efectivos. Era un gasto contenido que no creaba nuevas unidades sino que se movían de un lugar a otro aprovechando las zonas de paz. Como consecuencia, se redujo el gasto de mantener un gran ejército, no había veteranos masivos y el número razonable de veteranos anuales era absorbible en ciudades existentes en donaciones de tierra viritim. No era comparable con lo que ocurre al final de las guerras civiles cuando quedaron ociosos los soldados de Augusto o de Antonio. Por eso el gran impulso de fundaciones coloniales son del mismo periodo, respondiendo a una necesidad coyuntural de Roma y situadas en las fértiles tierras del Mediterráneo. Después solo podemos hablar de picos y del fin de un modelo de movimiento de poblaciones que con semejanzas y diferencias había estado presente en toda la historia antigua del Mediterráneo.